Ganar autoconfianza para tener éxito en toda tu vida

Es cierto que todos necesitamos confianza en nosotros mismos. Cuando tenemos confianza en nosotros mismos vemos alcanzables nuestras metas y sueños.


En contraste o contraposición, cuando vemos que no es posible lo que queremos, porque no nos sentimos capaces, vamos en una espiral negativa autoderrotista hacia el fracaso. Podría decirse que uno de nuestros peores enemigos somos nosotros mismos, por no decir el peor.

En nuestra mente residen los pensamientos que nos hacen capaces de lograr las cosas que queremos, pero también surgen bloqueos y pensamientos negativos que no sólo no ayudan sino que contribuyen a que estemos mal. Es triste pero es así, el 90 por ciento del juego que hacemos en la vida, como si fuéramos un tenista, se juega nuestra cabeza.

Si en nuestra cabeza las cosas están bien, no me cabe duda de que el éxito lo tenemos asegurado, aunque sea a nivel interno y no signifique lograr absolutamente todo lo que nos proponemos. Porque eso no existe para nadie. Porque el éxito es siempre interno, está dentro de nosotros y depende el 90 por ciento, como digo de qué tipo de pensamientos alberguemos y cultivemos. Porque los pensamientos se pueden cultivar.

Ganar autoconfianza
Se cultivan cuando decimos no a los pensamientos auto derrotistas que nos hacen sentir incapaces ante los retos que nos proponemos en la vida. Y, de ese modo nos damos cuenta que está todo dentro de nosotros, bueno y malo y que la vida es en cierto modo una lucha espiritual contra nosotros mismos y para Dios.
Debemos desarrollar estrategias que digan no a los pensamientos malos, y para ello debemos tomar una serie de medidas en nuestras propias vidas. Por ejemplo, debes cuidar tu entorno e ir con la gente que saque lo mejor de ti mismo. De ese modo verás como ellos mismos te propulsan hacia el éxito. Eso, a su vez, genera una espiral de pensamiento positivo, que te vuelve a retroalimentar dándote aún más confianza.

No obstante no todo es oro lo que reluce. También tienes que cuidar qué clase de persona eres y si te mueves sólo por tu propio interés, de forma exclusiva y excluyente. Porque si vas con gente que te da confianza sólo para que te vaya bien en la vida, al final no eres sino una persona interesada en exceso.

Algo de comprensión hacia los problemas de los demás te vendrá bien si ves que sólo vas con gente que te genera éxito en tu mente, evitando por el bien de tu propio éxito a la gente problemática, porque piensas que lo hacen mal y que tú eres en esencia es mejor.

Humildad
Eso es un punto de partida discutible y posiblemente arrogante que no tiene en cuenta la humildad necesaria, para reconocer y aceptar que también te puede pasar a ti. Esa falta de humildad es nuestro peor pecado. Por otra parte, en la búsqueda de nuestra autoconfianza o confianza en nosotros mismos, debemos buscar qué cosas nos bloquean, porque incluso los más grandes deportistas de élite sufren bloqueos de vez en cuando.

La mente es, por un lado y en parte, como un laberinto, porque hay que saber salir de ella a través de los pensamientos adecuados que nos lleven al éxito. Pero, por otra parte también es como un paracaídas porque hay que saber abrirla para pensar mejor, esto es, correctamente.

Si no somos capaces de pensar bien entonces llegan los bloqueos, que son piedras en el camino con las que nos topamos a la hora de pensar y de las cuales nos cuesta levantarnos del golpe. Mucha gente acude a un psicólogo para resolver sus posibles bloqueos emocionales y mentales, aunque opino que más que un psicólogo lo que te haría falta es conocerte más a ti mismo para saber dónde realmente puede estar, sin quererlo, tu fallo.

Así, si sabes qué pensamientos estás trayendo a tu cabeza que te hacen, a la vez, sentir peor y ser menos productivo, podrás reestructurarlos por otros mejores y más atractivos que te hagan lograr algo y sacar lo mejor de ti en las circunstancias que te rodean actualmente.

Superar bloqueos
Pero no es fácil a veces superar esos bloqueos o bloqueos emocionales que nosotros mismos creamos. Y que, por cierto, vienen a menudo a base de pensamientos autoderrotistas, de exigencias incondicionales que asociamos a nuestra valía como seres humanos, entre otros.

Así si yo pienso que depende de mi rendimiento mi valor como persona, lo que yo valga como persona, sin duda, si un día yo rindo mal hará que éste valor personal que mencionenos sea nefasto.

Eso, a su vez, me coloca en una espiral negativa y viciosa a la que cada vez rindo menos y cada vez soy menos como persona. Por eso para ganar confianza en uno mismo es importante saber que no hay que asociar nuestra valía humana a nuestro desempeño profesional.


Es más: lo sano e ideal es que las victorias no se nos suban a la cabeza y las derrotas tampoco nos lleguen al corazón, porque es ahí cuando surgen los bloqueos y cuando incluso hemos ganado una pequeña victoria si lo celebramos de manera incorrecta y por los motivos inadecuados, esos mismos que se volverá en contra cuando nos vaya mal.

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